lunes, 27 de abril de 2015

COMIDA TRADICIONAL

Dividida en tres zonas climáticas, Alta (fría), Media (templada) y Baja (caliente), la región mixe en Oaxaca ha colocado en el centro de su cocina su aromático café, pero sobre todo una rica y extensa variedad de tamales, que son incluidos lo mismo en festividades y rituales, que en comidas comunes.
Ubicada al noroeste de Oaxaca, la región tiene una superficie de 4 mil 668.55 kilómetros cuadrados y está dividida en 19 municipios, en la zona Alta: Tahuitoltepec, Ayutla, Cacalotepec, Tepantli, Tepuxtepec, Totontepec, Tamazulapan y Mixistlán.
En la zona Media están considerados los municipios de Ocotepec, Atitlán, Alotepec, Juquila, Mixes Camotlán, Zacatepec, Cotzocón, Quetzaltepec e Ixcuintepec; mientras que en la Baja, se ubican Mazatlán y Guichicovi.
Según el Recetario Mixe de Oaxaca, de la colección de Cocina indígena y popular, editado por la Dirección General de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), la institución básica de la zona es la familia nuclear, excepto en la zona Alta, donde priva la organización extensa.
Su cocina, reseña el texto compilado por Engracia Pérez Castro, puede dividirse en las comidas festivas o rituales, en cuya lista se pueden encontrar platillos como el caldo de pollo, el de res, el tepache, el pozol, el machucado y tamales diversos, como el de pollo, el de muerto, el de frijol y los de pescado.
En el rubro de comidas medicinales está la carne de zorra o zorrillo, el caparazón de armadillo, y el caldo de patas de venado.
En las comidas comunes no puede faltar la gran variedad de tamales, donde destacan los de papa, de tepejilote con frijol, de guía de chayote y de hongos.




 COSTUMBRES Y TRADICIONES
Recibir el año en los mixes se da de diferentes maneras, de acuerdo con los usos y costumbres de cada pueblo o de cada familia. Cada familia y cada comunidad tienen sus particularidades.
Como el caso de Epifania, una señora de 74, y originaria de Tlahuitoltepec, quien cuenta que para recibir el año, se bañan exactamente a las 12 de la noche, para dejar toda la suciedad, todo lo malo, y empezar una nueva etapa. Aquí no importa el frío, las creencias están en primer término, la fe misma hará que olvidemos el frío.
Agrega que ha tratado de mantener esa tradición pero sus hijos  y nietos ya no hacen caso de esta costumbre, porque otras tradiciones los ha invadido.
Por su parte, Leonila, vecina de Santiago Atitlán, explica que en esta comunidad, la tradición es ir desde muy temprana hora al cerro sagrado, para de inmediato preparar la comida y convivir con la familia en las primeras horas del primero de enero.
“No importa si no tienes hambre, tienes que comer y si quieres puedes dormirte nuevamente, esa es la tradición”, explica.
Sin embargo, lo que es común en los mixes es que en los meses de diciembre y enero se acude a uno de los cerros más altos de Oaxaca, el Zempoaltepetl, para agradecer y pedir salud, trabajo, dinero para el nuevo año, así como encomendarse a los seres sobrenaturales como el caso de Konk ëy, a quien para que haga caso de la petición, se le tiene que dar sus ofrendas, que consiste principalmente en el sacrificios de aves de corral, gusanitos de masa, mezcal, tepache y cigarros.
Ir al cerro significa convivir con la familia, con los seres queridos, pues para llegar a él, se tiene que caminar alrededor de 3 horas. En el trayecto se invita mezcal, tepache o tortillas embarradas de chile a la gente que se encuentra.
Aquí todo se comparte.
Al regreso, las aves sacrificadas se cocinan, para hacer el tradicional caldo de pollo de los mixes y los tamales de frijol.  Todo en un ambiente de alegría, de felicidad.
Esto no es todo, debido al sincretismo de los mixes, también el 31 de diciembre, a las 12 de la noche acuden a la misa, donde al final conviven con una taza de chocolate, pan o galletas, en tanto se observa el globo hecho con papel de china como se levanta y en que dirección se dirige.

Pues cuentan los ancianos que con ello se lee el futuro del pueblo. “Si va en dirección al cerro de Zempoaltepetl, quiere decir que irá bien, pero si va por el camposanto, es una mala señal, porque de seguro pasará algo durante el año”.
En tanto, vuelan aún los globos, la banda toca los sones para hacer bailar a los asistentes. Hombres, mujeres, jóvenes se disponen a bailar al menos tres piezas, como se ha hecho costumbre.


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